viernes, 28 de diciembre de 2007

Culpable...



Rasgo la cáscara que cubre mis entrañas... aflora la luz nublada por tanto tiempo.
La alegría ingrata se cuela por los resquicios que deja la amargura tirana.
Los vestigios de melancolía siguen por todas partes,
pero existen esperanzas de exterminarlos lentamente.
No es una dulce melodía la que se cuela por mis oídos;
la monotonía es una gris ayudante para sucumbir,
facilitadora de ideas oscuras llevadas por la desesperación.
La luz es tenue, no consigue alumbrar la penumbra dejada por la soledad,
no logra combatir el frío que se ha instalado en mi interior.
Los pedazos de locura se agrupan para formar una densa cordura irreal.
La fantasía terminó, asumo mis errores como derrotas...

Soy culpable de mis pasos vacilantes y de la carcaza que he cargado,
de las faltas que he cometido y de la dureza de mis palabras...

Soy culpable de ser lo que soy, de la oscuridad en la que he estado sumergida
y de la agonía en la que he navegado durante tanto tiempo...

Soy culpable de aceptar vivir en la amargura y convivir con la melancolía...

Soy culpable de la soledad que se instaló en mis despertares y se niega a morir en mis atardeceres...

Soy culpable de ser y no ser a la vez, de los vaivenes que a diario sufro,
de las palabras filozas que suelta mi boca continuamente
y del potencial daño que causa mi mala compañía...

lunes, 17 de diciembre de 2007

Locura...


El agobio terrenal comienza a invadirme, una ilusión se vislumbra en la puerta de las expectativas pisoteadas por el destino, cerrándose abruptamente con la alevosía del despecho. Callar es el remedio maldito frente a las dudas que azotan un cuerpo alicaído después de la deshidratación, producto de los miles de litros de lágrimas derramados sin que la realidad varíe jamás, conociendo el sabor amargo de una mala jugada del cruel destino. Las razones de sobrevivencia pueden variar, militando en las filas de la alegría falsa, riendo a carcajadas por inútil actuación. Si me sumerjo en el abismo desolado de un oscuro desliz de locura, arrastraré conmigo todos los recuerdos que colorearon alguna vez un día soleado, ese sabor a pasada felicidad que arde ahora en los labios, rememorando con desesperación los latidos acelerados que alguna vez experimentó mi joven corazón, ahora cansado del destrozo que sufre, de la falta de vigor que lo aqueja, manteniéndolo en una agonía incesante...

Mustiedad...


No tengo a quién dedicar las palabras que yacen hoy en mis labios... se despedazan lentamente, secándose por el paso del tiempo imborrable. Tal vez, muchos "Te Amo" fenecerán de dolor y ausencia, por falta de destinatario que sacie estos sentimientos que se empeñan en nacer, aún cuando vengan con fecha de expiración segura... Poco a poco la sonrisa e ilusión que me entregaba esa sobredosis de amor se va apagando, perdiendo su efecto de larga duración. Son muchos los años que han pasado y el embrujo que prometía ser eterno empieza a menguar, víctima del abandono y la mustiedad... La anestesia pierde efecto y el dolor puede sentirse en todo momento. El cosquilleo del despertar es un síntoma fatal, sin previo aviso se instala en cada inhalación y exhalación, no hay cura que delate una mejoría, ni ánimo de seguir buscándola... Simplemente me quedo aquí, a la espera del alivio que, tal vez, tarde mucho tiempo en llegar... tanto, que puede encontrarme ya amortajada en mi tumba.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Blog terapia


Siempre he sabido que soy mejor escribiendo que hablando... Creo que la razón de ésto es que, a veces, es difícil mirar a los ojos de las personas y soltar todas esas palabras que esperan ser pronunciadas, que sabes, pueden ser mal interpretadas por quien las oye. Es un arma de doble filo, porque no siempre se obtiene el efecto deseado en el otro, sino que por el contrario, generalmente las personas oyen sólo que desean escuchar y más de algún problema acarrea esa situación. Es por ésto que desde que tengo memoria, el papel y ahora el teclado, se han convertido en mis mejores aliados. Puedo sentarme frente a la pantalla y dejar que todas esas ideas y pensamientos salgan libremente, sin la presión de esperar la reacción de quien pueda leer lo que escribo... Pensándolo bien, me resulta extraño saber que alguien pueda tomarse el tiempo de leer lo que escribo, porque es algo tan íntimo, tan mío, que, en parte, me siento un poco invadida al imaginarme que, en este preciso momento, un tercero puediera estar conociendo lo que siento y luego escribo...


Creo que esa es la parte ingrata de un blog, que es público. Si no fuera así, me ahorraría todas esas preguntas que suelen hacerme sobre lo que escribo, como por ejemplo: ¿Qué te pasa, Por qué escribiste eso, Estás bien??... etc, etc, etc... Que agobio!!!... Hay ocasiones en las que las preguntas están de más... Si van a leer, por qué no pueden simplemente callar... Que ya bastante tienen con enterarse de lo que me pasa, como para más encima, preguntar si es cierto ésto o aquello...
Aunque pueda parecer extraño, ésto de escribir se ha transformado en mi mejor terapia, a pesar de todos los interrogatorios que sufro luego de que lean lo que escribo, el blog ha pasado a ser fundamental para desahogar ciertos sentimientos, emociones, ideas, pensamientos, etc, que a viva voz, no puedo descargar.

martes, 4 de diciembre de 2007

Hoy...




Hace unos días, escribí sobre el vacío, la carencia de emociones y de sentimientos. Me parece irónico leer eso ahora, cuando pareciera que todas las emociones se me vinieron encima de un momento a otro... Todas las lágrimas que no he derramado en mucho tiempo, parecen explotar hoy, la tristeza ha calado muy profundo en mi y no sé cuándo decidirá abandonarme... Siempre he intentado aparentar ser fuerte y fría, pero es sólo eso... apariencia, porque hoy, más que nunca, me reencuentro con esa niña asustada que realmente soy, la que le teme a la vida y duda de cada paso que debe dar. Es extraño, el vacío que siento no lo llenan las personas que me rodean, ni mi familia, mis amigos, nadie...

Hace tiempo que no me sentía así, había permanecido enajenada de mis propias emociones y creo que hoy comienzo a pagar las consecuencias. Tengo tanto dolor guardado en mi pecho, que a ratos siento que se abrirá y explotará junto con mi corazón. La frustración se apodera de mis escasos logros y me deja un sabor a sueños rotos.

Sí, sé que soy joven, que tengo toda una vida por delante (supuestamente), pero qué hago ahora???... Es hoy cuando me siento atada de manos frente a la vida, con los ojos vendados, sin poder ver las cosas que se supone me haría feliz... Siento que los sueños se ven tan lejanos, tan inalcanzables, que todo lo que siempre atesoré, ahora no es más que un montón de recuerdos añejos, su efecto revitalizante se está esfumando, tal como se me escapan las ganas y los motivos por los que sonreír... Tal vez todo se resuma en que soy una egocéntrica egoísta, que no puede ver más allá de su propio dolor, pero de qué me sirven ahora mis ojos, si todo lo que veo es uniformemente gris???. No se trata de un momento que, tal como llega, se va... No, hace mucho tiempo ya que me cuesta sonreír, que no puedo dejar mis ansias volar libremente, porque el temor ha cortado sus alas... Pero no puedo pedir que los demás se conformen al verme así, que lo acepten y no me cuestionen, si yo misma me he encargado siempre de disfrazar todo este sentimiento que ahora se vuelve asfixiante. Sólo quisiera cerrar los ojos y olvidarme de este dolor que no me deja continuar, que las palabras y los recuerdos me abandonaran, llevándose con ellos todas las malas ganas de sumergirme en el vacío para siempre...

Sólo quisiera que, por una vez, pudieran comprender lo que significa vivir con este ardor constante en el corazón, el que cada día crece y se convierte en el centro y el origen de mis lágrimas, de mis intentos fallidos, de mi mutismo necio, de todo lo que soy y quisiera dejar de ser... El centro de esta soledad que cala hondo y destruye, de este gentío en el que estoy inmersa, pero que no acompaña, de las risas forzadas y la frialdad como máscara que disfraza mi alma destrozada...

sábado, 1 de diciembre de 2007

Carta al Viejito Pascuero...



Querido viejito:


Para serte sincera, me porté mal este año... hice travesuras: le escondí la placa a mi abuela, le puse una zanahoria al tubo de escape del auto de mi papá, le hice sabanitas cortas a mi hermano, me quedé varias veces con la plata del vuelto del pan, jugué al ring raja a las 2 de la madrugada y desperté a todos mis vecinos, etc, etc etc... Así que este año lo único que te voy a pedir es que te pierdas en el camino, te declares en huelga o en banca rota y hagas oídos sordos a las peticiones de todos, porque no tengo plataaaaa!!!... Así que si te llega alguna carta pidiendo algo, porfa, mándala de vuelta con una nota en la que diga que te cambiaste de casa ok???

Este año no existe el viejito pascuero... se jubiló... así que no pidan nadaaaaaaaaa!!!... a menos que quieran escuchar esa tan carismática frase que tanto me representa: TE DEBO EL REGALO!!!... He Dicho!!! xD