jueves, 9 de agosto de 2007

Realidad...



Sé bien los errores que he cometido, sé que callé mil veces cuando debí hablar, el tiempo pasa y no deja espacios para el arrepentimiento, sigue su curso sin contemplaciones, no se detiene a mirar las ansias de volver que atacan sin previo aviso. Soy el verdugo de mis propias ilusiones, las mato una y otra vez antes de que lleguen a desarrollarse. Corto mis alas sin miramientos, sin piedad, deshojo mis sentimientos para impedir sentir esa vulnerabilidad que me asusta.


He sido sólo yo casi siempre, refugiándome en mi pequeño espacio conocido y familiar, una vez mis defensas se vieron violadas, me fusioné con un alma desconocida y luego infinitamente amada. Mi oscuridad se vió muerta, aniquilada por una luz poderosa en sus entrañas, más un día esa luz se esfumó, huyendo hacia un lugar tal vez mejor que mi submundo a ratos asfixiante. Probé el dulce sabor de la felicidad, esa que creí eterna, pero no fue más que un segundo. Desde ese entonces mis defensas se han incrementado, impidiéndole el paso a quien pretenda introducirse en esta oscuridad ahora insondeable. Han habido destellos de luz que en un momento creí derrotarían el muro, pero una lucha desde antes perdida no es razón para continuar, los ví alejarse rendidos, aceptando una amarga derrota...

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio