sábado, 11 de agosto de 2007

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No me pidas que tenga paz, si no conoces las calamidades de sufrir este encierro. No me pidas que deje la melancolía, si jamás has saboreado su amargura. Las palabras son mi tabla de salvación, mi entrada al paraíso, mi boleto sin detenciones hacia mi propio sentir. No oses quitármelas, porque me dejarás desnuda. Ellas me cubren y protegen... no lo ves??? No puedes desprenderme de ellas, mejor simplemente mátame, será más fácil y así evitamos la agonía y las consecuencias. Por qué quieres salvarme???... Sin siquiera saber si yo deseo ser salvada. No soy una doncella, ni tú mi fiel caballero. No debes arriesgarte a sufrir por mi, es en vano... no lo entiendes???. Mis sentidos se atrofian, mi boca enmudece y mis ojos ya no ven la luz. Pretendes amarme así???, Continúas con tu afán de arrebatarle mi alma a la muerte???... Dale descanso y paz a tus buenas intenciones, busca una doncella que te merezca, que quiera ser rescatada y deja sumergirme en mis nebulosas dudas.


Es tan extraño todo... Tú, buscando llegar a mi presente, y yo, queriendo escapar del tuyo.


Eres necio, el amor te ciega... no le temes???. Caerás al suelo y no te podrás levantar. La herida será de muerte... Aún así quieres arriesgarte???... No te entiendo. Cómo puedes sentir algo tan poderoso por mi???, si no soy más que la sombra de alguien que en un momento fue feliz... Pero ahora no... no puedo sentir, le temo, huyo, me escondo, desaparezco, me esfumo con la oscuridad que me ha cobijado, esa que tú desconoces, porque tú y yo somos opuestos, enemigos por naturaleza... Eres la claridad que puede iluminar los rincones de las almas... Y yo no soy más que sombra en un mar de penumbra... Cómo podría yo amarte, si mi natural instinto es derrotarte???


No, convéncete de la realidad, no te dejes guiar por tus ilusiones construidas de sueños bobos. No podremos compartir nada, porque si tú me tocas, muero... y si sólo rozara tu blanca piel, desaparecerías.


Es tan simple de explicar, pero tan difícil de comprender... No quieres rendirte, quieres saciarte y embriagarte de este amor que crees todopoderoso... pues bien, lo acepto... te quiero, pero eso de qué sirve???, si nuestro destino es esperarnos a lo lejos, presentirnos, sin vernos, sin olernos, sin siquiera saborear una posible unión... No es eso cruel me preguntas???... Claro que lo es, me lo dices como si me deleitara con este dolor de no tenerte. No ves acaso que te amo???... sí, te amo... pero jamás seremos uno solo... ambas mitades permanecerán separadas, como el sol y la luna, porque así debe ser... Así se conserva el equilibrio... tú eres hijo de Éter y yo hija de Érebo... nuestros destinos jamás se cruzan, sólo se divisan desde la distancia infranqueable de dos mundos sin paragón conocido...

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