jueves, 24 de abril de 2008

Sin Olvidar...


No, no creo en los reintentos,
porque siempre se cometen los mismos errores...
Tal vez es mejor plantear una metamorfosis,
pero en esencia, no sólo de palabras...

No estoy hablando de una segunda oportunidad,
no lo olvido; sé bien que jamás se volverá al comienzo,
porque cuando algo se quiebra,
por más que intentes reconstruirlo juntando los pedazos,
jamás vuelve a ser igual... esa es la realidad...
siempre saldrán a flote esos errores
que nos llevaron al abismo de la cuerda floja.


Tampoco pretendo hacer como si nada pasara...
no tengo la suficiente madurez
como para hacer un borrón y cuenta nueva
y, lamentablemente, aún no encuentro
la opción para formatear mi disco duro emocional,
por lo tanto, acumulo cada uno de los fracasos
y mal sabores de la vida en pareja...


Es que aún hay quienes no comprenden
que la vida no es un juego,
que los sentimientos son valiosos
cuando se entregan con sinceridad,
ni menos entienden que la vida se puede terminar
para quienes no pueden enfrentar un quiebre emocional...

Por suerte, he aprendido a medio
pararme después de cada caída...
tambaleando, pero de pie al fin y al cabo.


No necesito ahora comenzar
a escarbar en las heridas que,
después de sangrar por mucho tiempo,
comienzan a cicatrizar, menos con la excusa de abrirlas
para buscar por si algo quedó entre las tantas grietas...


No... ya no es tiempo de releer páginas antiguas...
Es tiempo de comenzar a dar vuelta esas páginas,
esperando por un mañana en blanco, listo para comenzar
a escribir nuevas historias, nuevos capítulos...


No pretendo olvidar esas heridas del pasado...
La idea es recordar por siempre
lo que jamás quiero que se vuelva a repetir...

miércoles, 23 de abril de 2008

Ausente...



Hoy, he querido estar ausente. Pasar desapercibida, sólo sentir que la gente transita al lado mío, sólo ella, yo no, porque no estoy.He sentido que mi presencia no es buena, hasta quizás puede ser dañina.Pasé por muchos lugares de la ciudad, no sé cuales eran, no los ví. Sólo miraba las baldosas del camino. Pensaba y volvía sobre lo mismo, sólo sentía que no quería estar.Pensé en regresar lo más tarde posible, como también en salir lo más temprano, pero ninguna se cumplió. En el fondo no quería salir y tampoco quería no regresar. El problema no era estar, sino que sintieran mi presencia.Mientras volvía mis labios se secaron, se pegaban, no habían palabras, no salían y tampoco lo podían hacer, pues si lo hacían podrían dañar, el abrir los labios generaría que éstos se partieran. Era mejor mantenerlos así, pegados y secos.En este instante sería bueno dormir, así de alguna forma no estaría. No escuharía, no vería, no me hablarían; respetarían mi descanso.Me siento como aquel niño que ha cometido algo que es merecedor del peor castigo. Me imagino escondida en el rincón de una pieza oscura, agachado, abrazándome las rodillas, con el mentón en éstas, con los ojos abiertos y atentos mirando a quien podría entrar, ojalá nadie.No hay llanto, eso es ruido, eso me convierte en un ser presente. No quiero estar. Sólo hay unos breves y silenciosos sollozos, también tomo mucho aire, de este modo logro controlar los ruidos, así nadie me ve, nadie me escucha, nadie me habla, paso desapercibida...

No estoy...

Nadie me percibe...

Soy nadie...